martes, 28 de diciembre de 2010

LA SEGUNDA OPORTUNIDAD DE BREE (CAPITULO 9)

Los extraños visitantes (2 parte) Prov. ALEC






Prov. Alec:

Estaba en mi habitación pensando en muchas cosas; desde que Jane me pidió que enamorara a la tal Bree no la podía sacar de mi cabeza, recordaba a cada momento su mirada llena de pánico al pensar que estaba a punto de morir o sus ojos color rojos igual a los míos pero a la vez diferentes, esa mirada que me pedía a gritos que la protegiera y al pensar que ya no había solución a su fin estaba dispuesto a usar mi poder con ella para que al menos no sufriera con tanto dolor, aun no me explicaba que sensaciones me hacia sentir esa neófita, era tan raro y nuevo para mí, porque a pesar de tener más de 100 años como vampiro nunca antes había sentido todo esto, pero a la vez sabia que era algo incorrecto ya que no podía fallarle a mi hermana, yo se que ella puede ser bastante cruel muchas veces pero durante toda mi existencia a estado conmigo; aun recuerdo que antes de la muerte de mis padres les prometí que la protegería y apoyaría en todo, así eso no me permitiera ser feliz.

Cuando aun seguía hundido en mis pensamientos alguien toco la puerta.

- Adelante Demetri, se que eres tú.

- Hay no me digas que ahora también eres adivino Alec, jajajaja.- Dem desde siempre a sido mi mejor amigo, de alguna extraña manera siempre nos hemos llevado muy bien a pesar de ser totalmente diferentes.

- jajaja a lo mejor si aaaa.- le respondí siguiéndole el juego.

- Hay ya mejor cállate y dime porque no has salido durante todo el día, es decir siempre eres extraño y solitario pero ni siquiera haz querido bajar a “desayunar” jaja no sabes Heidi trajo unos “platillos” exquisitos era algo así como un “buffet” internacional y mi favorito fue sin duda el asiático uiii creo que me enamore de ese continente es que comen tan sano que su sangre es exquisita.

- No gracias Dem, estoy pensando en otras cosas.

- Aun sigues pensando en como le vas hacer para conquistar a esa tal Bree, vamos no creo que valla a ser tan complicado.

- No es eso Dem.- le conteste mintiéndole.

- uhmm a lo mejor quizás y no se te haga tan complicado.

- ¿y que tal tu relación con Jane?  ¿Siguen siendo pareja?- le pregunte tratando de cambiar de tema.

- Alec, tu muy sabes que entre Jane y yo no hay nada… tu hermana no es de las que se enamoran y yo lo sé, pero solo nos divertimos y tratamos de pasar el rato… ¿me entiendes no?

- Pues claro, y por una parte no me gusta mucho esa clase de relación que tienen pero por otro te comprendo, Jane no es del tipo de mujeres con la que podrías compartir tu existencia. Pero sabes, yo se porque ella es así, siempre ha sido frívola pero lo que pasa es que toda la vida ha estado acostumbrada al poder y supongo que por eso es así.

- No Alec no tienes que justificarla, tu y yo conocemos muy bien a tu hermana.

- Lo sé… pero bueno una orden es una orden, tendré que “enamorar a esa vampiro”.

- Alec… quiero hacerte una pregunta.

- Claro adelante dime.

-¿Qué pasaría si el que terminara enamorado de ella fueras tú?

Cuando me pregunto eso me quede sin nada que decir, la verdad era muy poco probable.

- La verdad no creo que eso ocurra, aunque no te voy a negar que Bree me pareció hermosa, pero no creo que pueda llegar a sentir nada por ella… pero si ese fuera el caso y tuviera que escoger entre obedecer una orden de Jane o hacerle caso a mi “corazón” la verdad no tengo ni la menor idea.

- Eso pensé yo.- dijo riendo y de una manera sarcástica- pues ambos sabemos que si desobedecemos una orden de Jane no solo caería sobre nosotros su furia, sino también la de Aro.

- Si… pues si, tienes razón para ya mejor cállate.- le dije riendo.

En ese momento tocaron la puerta.

- Adelante.- dijo Demetri.

Y entro a mi habitación Heidi, la mejor amiga y única confidente de Jane; y por tal motivo sinónimo de “si hablas algo de Jane o referente a ella, cállate o sino se lo dirá y estarás en problemas.”

- Hola muchachos.- dijo coquetamente, anteriormente hubo algo entre nosotros pero solo era para pasar el rato, nada serio ni formal.

- Hola Heidi, ¿que es lo que deseas?- le dije un poco serio.

- Ui amor que cortante estas.- me respondió divertida- pues nada, solo he venido a decirles que Jane los llama, al parecer es urgente así que mejor no la hagan esperar.

- Bueno entonces mejor iremos de una vez sino la princesita se enojara.- dijo Demetri bastante divertido, la verdad si que era masoquista ya que él sabía muy bien lo mucho que le irritaba a Jane que la llamaran princesita.

- Demetri, mejor que Jane ni te escuche como la acabas de llamar porque sino… - y cuando estuve a punto de terminar la frase, una voz muy conocida hablo a mis espaldas.

- Demasiado tarde querido hermanito, he escuchado perfectamente lo que Demetri dijo y la verdad no me interesa.- dijo entre irritada y divertida, algo no andaba bien ya que Jane jamás se reía a menos que…

- ¿Qué paso Jane? ¿Qué cosa era tan importante?- le pregunte un poco preocupado, ya que conocía perfectamente a mi herma y no debía de ser nada bueno.

-Pues nada hermanito, solo vine para decirte que ya es tiempo de que cumplas con lo que te ordene.- me dijo divertida.

- Y claro que lo are, solo dime cuando vamos a ir a ver a los Cullen y ya veré como le hago para engañarla.- le dije bastante firme.

- uhmm muy bien hermanito, veo que estas aprendiendo jajaja; pero no, no “iremos” solo irán tu y Demetri.

- ¿Cómo? No entiendo.

- ¿Qué es difícil de entender? Creo que fui clara, pero ok te lo repito porque creo que no captaste, que no iremos a la casa de los Cullen. Ella ya no esta ahí, cosa que de cierta manera nos beneficia notablemente.

- ¿entonces a donde voy a buscarla?

- Se que se esta quedando con los Denali en Alaska, así que quiero que vallan y que tú cumplas con lo que te ordene ¿entendieron?

- Si Jane.- dijimos Demetri y yo.

- Perfecto, hoy en la noche parte vuestro vuelo y estarán llegando al otro día en la tarde. Así, hermanito trata de ir lo mas informal posible, no queremos que nuestra querida Bree piense que uno de sus ex asesinos de los Vulturi quiere ir para hacerle daño ¿no?- sonó bastante divertida y sarcástica, ya que ese era su intención. 

- ¿Pero que puedo decir cuando me vean? No creo que me den la bienvenida así nada más sabiendo que Demetri y yo pertenecemos a la guardia.

- Mira hermanito, yo confió en ti estoy segura que sabrás perfectamente como engañarlos, solo tienes que usar tu simpatía e ingenio jajaja además no creo que se resista esa sonrisa tuya tan peculiar, y no solo lo digo porque eres mi hermanito preferido jajajaja.- lo dijo demasiado sarcástica y divertida.

- Esta bien Jane como ordenes, voy a alistar mis cosas.- le respondo resignado, no sé porque pero no me gustaba para nada el hecho de que Jane me quisiera utilizar para dañar a los Cullen, y menos para dañar a Bree.

- Demetri, tu también alístate y preparen una cuartada para que los Denali los dejen quedarse con ustedes.

- Como ordenes Jane, se ara lo que digas.

- Perfecto… nos veremos pronto hermanito y no te preocupes, nos mantendremos en contacto, quiero saber de tus avances.

- Buena suerte bebé.- me dijo Heidi demasiado cariñosa para mi gusto.

- Heidi apresúrate, no pierdas el tiempo.- la llamo Jane y por suerte par mi, esta la obedeció.

Cuando me quede solo en mi habitación los recuerdos me volvieron a invadir…

- Ya Alec, céntrate en lo que dirás cuando llegues a Alaska.- me dije a mi mismo.

El día pasó demasiado rápido como siempre; luego de beber lo suficiente como para aguantar el viaje, Demetri y yo partimos hacia nuestro avión privado con las ropas más informales que conseguimos, para nuestra buena suerte no necesitamos salir de compras ni nada de esas sandeces ya que Heidi fácilmente nos consiguió ropa que según ella es muy informal para esta época, así que queriendo o no tuvimos que aceptarla.

Cuando subimos al avión, aun no sabíamos con que excusa llegaríamos ya que no nos podíamos presentar como “vulturis” es decir no de una manera formal.

- ¿Ya pensaste que diremos cuando lleguemos?- me pregunto Demetri.

- Pues eso es lo que te iba a preguntar, ¿tú eres el rastreador no?

- Si claro, como siempre yo soy el que tiene que crear los planes.

- Pero por lo menos tú no eres el que tiene que hacer el trabajo sucio.

- Dale Alec, enamorar a una vampiro no es nada del otro mundo, hemos hecho peores cosas, eso es una nada.

- Puede que sí.

- Ya sé, wao soy tan bueno en esto que me sorprendo a mi mismo jajaja, que te parece si repentinamente vamos a visitar a nuestro querido amigo Eleazar ase tanto que no lo vemos.

- Puede que sí, pero ¿tú crees que nos crean?

- Claro que si, en vano no pertenezco a los vulturis.

Cuando bajamos del avión, Demetri empezó a usar su poder y ubico fácilmente el hogar de los Denali; muy cerca de ahí, Demetri y yo percibimos el olor de Eleazar, al parecer estaba cazando y así que no vimos otra mejor manera que hablar con él en privado.

- Hola querido hermano.- saludo Demetri que llego muy rápido a su lado.

- Hola Eleazar.- le seguí yo.

- ¿ustedes? ¿Qué hacen aquí?- nos pregunto Eleazar entre alterado y sorprendido.

- ¿Qué pasa hermano, acaso no nos extrañabas?- le respondió Demetri con una enorme sonrisa

- ¿Qué es lo que quieren? ¿Los mando alguno de ellos? ¡Cuantas veces le tengo que repetir a Cayo y Aro que no regresare a los vulturis y es una decisión irrefutable! ¿Y ahora me quiere hacer cambiar de opinión enviándome a mis dos supuestos mejores amigos?

- Hey espera, nadie nos ha mandado y además como es eso de ¿tus supuestos mejores amigos? Vamos Eleazar siempre hemos sido como hermanos no puedes desconfiar de nosotros de esa manera.

Pero cuando estábamos conversando una voz proveniente de una mujer nos silencio.

- Eleazar cariño…- le dijo hasta que se dio cuenta de nuestra presencia y menciono- ¿Qué rayos quieren ustedes acá? Yo pensé que ese olor provenía de…

- ¿ya llegaron?- le pregunto Eleazar a Carmen, su pareja.

- No pero ya están cerca.- le respondió mirándonos muy perceptivamente.

- ¿Quiénes están cerca?- pregunto “inocentemente” Demetri.

- Una invitada, así que lo mejor será que se marchen.- nos respondió Eleazar.

- Escúchanos Eleazar, hermano… nosotros no hemos venido como miembros de la guardia, te lo podemos asegurar, solo queríamos venir a visitarte por un tiempo… la verdad es que hemos estado teniendo un poco de distanciamiento y no tenemos otro lugar donde quedarnos, ¿te acuerdas cuando tu te decidiste marchar? No sabias con quien quedarte, bueno Carlisle te apoyo y… ¿no arias lo mismo por nosotros? Solo por un tiempo, hasta que las cosas en Volterra se calmen, te aseguro que no tendrás problemas de ningún tipo, solo no queremos estar errantes, además tu sabes que por nuestros puestos de “guardia vulturi” muchos vampiros nómadas no tendrían ningún remordimiento en aniquilarnos sabiendo que eso debilitaría a la guardia, por favor Eleazar, créenos.- le dije, enserio me sorprendí a mi mismo de la excelente mentira que me cree en tan pocos segundos.

- Alec, Demetri… yo no sé que decirles…- ¿enserio se lo había creído?

- Eleazar, te podemos asegurar que no estamos viniendo de manera oficial, solo queríamos visitarte y de alguna forma muy extraña queríamos conocer las nuevas costumbres y tu rara forma de alimentarte.- le dijo muy gracioso Demetri, claro él jamas podría controlarse, ni siquiera en una situación así. 

- Eleazar, amor creo que esto debemos hablarlo toda la familia reunida, no podemos decidir así nada más.- le dijo Carmen como para tratar de calmarlo un poco.

- Tienes razón Carmen, bueno Alec y Demetri, como se imaginaran la decisión no solo depende de mí ya que tengo una familia y ellos tienen que tomar la última palabra.

- Pero… Eleazar, hermano enserio espero que nos creas y que recuerdes que durante muchos siglos fuimos muy buenos amigos.- le dije con la mayor sinceridad.

- Si Alec, pero eso no quita que ustedes pertenecen a los vulturis. Aunque trataré de apoyarlos y no los dejare a la deriva.- nos respondió Eleazar con aquella honestidad muy característica del él. 

Asi que nos dirigimos con ellos hacia su casa, al parecer ya había llegado Tanya y su nueva visita, a la cual supuestamente no conocíamos.

Cuando entramos pude percibir un efluvio distinto al que antes había, era tan único y diferentes… era embriagador y delicioso, demasiado para alguien como yo, pero aun así sentía que ya lo había sentido antes o por lo menos que era de un vampiro que anteriormente había visto, pero que va, seguro era de la tal Bree esa, tanto estar en la casa de los Cullen se le había impregnado el olor tan delicioso de Bella. Pero aun así era exquisito ya que al mezclarse con su propio efluvio creaba una mezcla deliciosamente cautivadora. ¡Ya deja de pensar eso Alec, tú haz venido a cumplir una misión así que no puedes estar pensando de esa manera!

En el instante que Tanya se percato de nuestra presencia, nos dijo:

- ¿Qué hacen ellos acá?- pregunto, algo enojada.

- Tanya cálmate no vienen en sentido oficial solo están de visita.- le respondió Carmen.

- Si claro Carmen y yo me la voy a creer.- le respondió sarcásticamente.

- Nosotros no queremos molestar si desean nos podemos marchar, solo hemos venido para visitar a nuestro amigo Eleazar, ase muchas décadas que no lo veíamos pero no queremos causar ningún problema, además no estamos como Vulturis, simplemente como los dos mejores amigos de Eleazar y nada más.- la trate de calmar, pero al parecer no funciono.

- Ellos no se pueden quedar acá y es mi última palabra.- sentencio Tanya.

- ¿Qué esta pasando acá?- dijo una  voz que estoy seguro ya haber escuchado antes… pero grande fue mi sorpresa al ver entrar al salón donde nos encontrábamos, a la vampiro más hermosa que alguna vez había visto… esos ojos entre rojos y dorados, ese cabello negro azabache le quedaba hasta la cintura, esa figura tan frágil; no la había visto así la primera vez, en ese tiempo estaba con el cabello desordenado y se notaba que la sed la carcomia, pero hoy estaba reluciente, estaba más hermosa que la primera vez que la vi ¡Ya Alec, no puedes pensar de esa manera! ¡Ella es parte de tu misión y solo eso y nada más! Pero cuando Eleazar nos iba a presentar, me sorprendió completamente su reacción.

- ¿USTEDES?- y con una furia que jamás pude creer que podría provenir de ella, me empujo y comenzó a perseguirme sin dejar que le diera alguna explicación. 

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