3.- Los problemas si son lo mío
Llegue lo más rápido que pude a la casa de James, claro después de haberme divertido un poco en el camino jajajaja. ¿Quién diría que ser imprudente tendría sus ventajas? Pues la verdad no me gustaban tanto las fresas pero esa chiquilla podría ser una excepción, además a Edward Cullen ninguna nenita se le escapaba y menos aun seria una niña de papi.
Baje de la moto y entre a su “casa” claro un cuarto
- Hasta que por fin llegaste hermano.- me saludo James con un palmazo en la espalda, muy típico en él.
- Si claro, pero dime para que me llamaste con tanta urgencia.- le dije entre estresado y aburrido.
- uiii y ¿esa cara?, algo te debió haber pasado estas como idiota y cansado… uhmm alguna nueva conquista de seguro.
- jajaja que bien me conoces pero bueno eso no importa, primero lo primero cuéntame que era eso tan importante.
- Hermano te tengo el negocio de tu vida, es algo muy simple y es mas que sencillo ya que en el instituto tenemos muy buenos compradores asegurados…- ¿negocio? ¿Rentable?
- Alto ahí, espera ¿negocio de que?
- Como que de que, de lo más rentable en la actualidad, de la mejor vitamina alegre jajaja ya sabes de que te hablo no te hagas.
- ¿Me estas pidiendo que te ayude a vender DROGA en el instituto?
- No ayuda Edward, seremos como socios pero vamos tampoco lo llamemos DROGA ¿no crees que suena un poquito feo? Mejor llamémoslo Vitaminas energizantes
- Si claro, mira James sabes que no quiero volver a estar en problemas de esa clase ya una vez estuve en el reformatorio y créeme lo que menos quiero es volver a pasar por lo mismo.
- Pero esta vez no va a ser igual, todo está tranquilo y nadie en el instituto va a sospechar, vamos hermano no me puedes dejar solo en esto.
- No mira James enserio yo estoy tranquilo en mi nuevo empleo y eso de vender esas “vitaminas” o como los quieras llamar enserio no creo que sea muy bueno la verdad no quiero saber nada de eso pero no te preocupes tampoco te voy a vender al director ni nada de eso.
- No puedo creer que prefieras quedarte arreglando unas motos y unas chatarras en lugar de ganar dinero de una manera más fácil, es que Edward es ilógico lo tuyo, pero bueno es tu decisión.
Sabía que James estaba en cosas raras, pero bueno soy arriesgado pero no estúpido, ya una vez estuve en el reformatorio por un error y estar dos días ahí me bastaron para no querer volver jamás en mi vida.
Afortunadamente no volvimos a mencionar el tema por lo menos no sobre que yo vendiera con él, y así paso una semana, James seguía en lo suyo y yo prefería seguir con mis conquistas, esta semana me tocaba salir con Leah, una chica linda y muy sexy.
- Bueno preciosa, ¿a dónde quieres ir hoy?
- No sé Edward a donde tú quieras llevarme.- me dijo como si se fuera a desmallar, claro eso era muy común.
- Pues conozco un lugar perfecto…- le dije de una manera muy sensual.
Pues como siempre ninguna se me resistía y bueno ella no sería la excepción, nos subimos a mi moto y la lleve a mi casa, claro que ella sabía perfectamente para que.
Subimos a mi habitación, como siempre mi tía no estaba y bueno pasaría lo que tenía que pasar. Empezamos con unos simples besos que poco a poco se fueron volviendo más apasionados, la acerque poco a poco a mi cama y le empecé a desabotonar la blusa, sus enormes pechos eran muy excitantes y empecé a succionarlos uno por uno, escuchar sus gemidos me excitaba aun más, su sabor era delicioso y escuchar mi nombre era exquisito, mi miembro me lo estaba advirtiendo, así que no lo dude y en un segundo ella ya estaba completamente desnuda sobre mi cama, la hice mía toda la noche hasta saciarme, no era muy importante para mí solo una relación pasajera, solo una muy buena noche de sexo
A la mañana siguiente nos fuimos al instituto, claro ella se fue antes ya que tenía que ir a vestirse y todas esas cosas. Pero antes le deje bien en claro que lo que había pasado entre ella y yo solo había sido sexo y nada más.
Las clases se pasaron tan lentas y aburridas como siempre, afortunadamente ya había llegado mi última clase que era Biología, el único curso que de verdad me gustaba, no sé porque pero de alguna forma me atraían esos temas, recuerdo que cuando mi madre aun vivía me decía que algún día yo podría llegar a ser un gran doctor, y en esos tiempos eso era mi gran sueño…en cambio ahora solo era evitar regresar a un reformatorio.
Estaba a punto de comenzar la clase cuando entro el director e inesperadamente me obligo a salir del aula, bueno en verdad me sorprendió porque hasta donde yo recuerdo no había hecho nada mal… ¿ o sí?
Me llevo a su despacho y me dijo muy enojado:
- Sr. Masen cómo es posible que usted no haya aprendido la lección.
- No sé de qué me habla director.
- A… no sabes, entonces me puedes explicar porque demonios hemos encontrado todos estos paquetes con droga en tu casillero!! Explíquemelo Sr. Masen, no mejor no, no nos explique nada, ya que a los que les debe una explicación es a la policía.
- No Sr. Steven por favor no me puede hacer eso, le juro que no tengo ni idea de cómo eso pudo aparecer en mi casillero, se lo juro…
- Lo lamento Sr. Masen pero ya es muy tarde, acabamos de llamar a la policía y ya vienen en camino. A y esta más que claro que usted queda EXPULSADO DE ESTA INSTITUCION.
- Pero Sr. Steven, no me puede hacer eso… al carajo todo, yo no hice nada y no tiene porque acusarme de nada.
- Entonces si usted no fue, dígame quien es el que vende drogas en el instituto, porque sabemos que se está comercializando ese producto entre el alumnado así que si no quiere ir con la policía le recomiendo que hable de una vez.
Claro que sabia quien era el que lo vendía, pero no lo podía delatar, James era como mi hermano y aunque fue una completa mierda por haberme puesto su regalito en mi casillero yo no sería igual a él, no lo seria.
- Yo… no lo sé.
- Entonces no hay nada más que decir Sr. Masen.
- Pero tampoco le consta a usted que yo soy el que lo vende, no me puede expulsar sin pruebas y mucho menos enviarme a la policía.
En ese momento entro la secretaria con un policía al lado.
- Sr. Steven, el comisario ya esta acá.
- Perfecto diles que pasen.
- Pero Sr. Steven usted no me puede hacer eso…- pero al parecer fue demasiado tarde, me apresaron y me llevaron como un asqueroso delincuente hacia la patrulla.
Me tuvieron un buen rato haciéndome preguntas que claro yo siempre respondía con un “no sé” y con un “no tienen pruebas que muestres que soy culpable” y con otros burlas que se me ocurrían.
- Sr. Masen, ya debe de cansarse con todo esto y simplemente díganos quien es su cómplice.
- No tengo ningún cómplice y tampoco soy culpable de nada.
- Según los informes usted vive con su tía Carolina.
- A si es pero ella no se encuentra ahora, está de viaje y no regresara hasta dentro de un mes.
Los polis se fueron hacia un lado a conversar, y aunque según ellos yo no los escuchaba, si que lo hacía y muy bien jajaja.
“ –Pero ahora que hacemos con él, no puede quedarse preso es menor de edad y además como él mismo dice, no hay pruebas que afirmen que él es el culpable.”
“ – Pues si pero tampoco lo podemos dejar así nada más sin ninguna supervisión adulta y mucho menos sabiendo que ya tiene antecedentes.”
Luego de su breve conversación regresaron a mi lado y me preguntaron.
- Sr. Masen, ¿tiene algún otro familiar con él que nos podamos comunicar?
No sabía si, sería el momento de enfrentarme con él y mucho menos en esta situación, aunque no me quedaba de otra.
- Si…
- Perfecto, díganos quien es y nosotros nos comunicaremos de inmediato con él.
- Se llama Carlisle… Carlisle Cullen.
- ¿qué relación guarda con usted?
- Él… es mi padre.
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JAMES Y EDWARD